Vivir Viernes Santo en tiempos de pandemia
Este día es el nexo fundamental
en el tránsito del Triduo Pascual y dado que se omite la Santa Misa, las
expresiones de religiosidad popular florecen en varias partes del mundo,
principalmente en España y en los que fueron sus territorios.
Este año la Santa Sede ha dado oportunidad a que, en torno a la Fiesta de Los Siete Dolores de Nuestra Señora, se lleven a cabo las procesiones que suelen llenar de gente las calles sobre todo en lugares como Sevilla en España o como las del estado de Guerrero en México.
Las devociones en este día se sintetizan en dos: El rezo del Vía Crucis y el Rosario del Pésame a la Virgen María. Al ser devociones no se ven tan gravemente afectadas y por ello la determinación de la Santa Sede de trasladar las manifestaciones de devoción popular en forma pública para el mes de septiembre. Eso no exime el hecho de que se puedan llevar a cabo las prácticas del Vía Crucis y el Rosario del Pésame en casa. El Vía Crucis implica movimiento y basta con arrodillarse durante la estación y levantarse antes de la siguiente estación y el rezo del Rosario del Pésame solamente de rodillas.
La Liturgia del Viernes es sumamente bella y omite el sacrificio de la Santa Misa, a pesar de que se le conoce como Misa de los Pre-santificados. Recibe este nombre porque la Hostia fue Consagrada el día anterior, pero en realidad no es una Misa como tal. A este oficio se le conoce formalmente como “In Parasceve” incluso la palabra parasceve figura en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española dada la costumbre de llamarle así a los Oficios de este día. La palabra podemos traducirla como “preparación”.
El oficio propio del Viernes Santo tiene lugar alrededor de las tres de la tarde debido a que la Sagrada Escritura expone claramente que Nuestro Señor Jesucristo muere entre la Hora Sexta y la Hora Nona, esto corresponde a las antiguas horas romanas que significan el medio día y la media tarde.
Dada la unidad del Misterio
Pascual plasmada a través del Evangelio de San Juan que contemplamos en la
Liturgia, se proclama la Pasión según este Cuarto Evangelio en el Capítulo 18 y
el 19 hasta el versículo 37 y finalmente, se concluye con el Evangelio cantado
por el diácono sobre la sepultura que son los versículos restantes del capítulo
19.
Toda la Liturgia se puede contemplar a través de Internet y exige una disposición personal, sin embargo, para la parte de la adoración de la Cruz, podemos participar de la adoración mediante la presencia de un crucifijo que pueda adorar toda la familia en la manera acostumbrada y con la debida higiene.
Concluida la Liturgia del Viernes Santo, los clérigos usualmente hacen el rezo de Vísperas y desnudan el Altar. En este caso, en casa se puede hacer el rezo del Rosario del Pésame a la Virgen. Y, aunque no se puede estar en el templo físicamente, es muy importante que en este día no haya presencia de música ni de televisión. Es un día de ayuno y abstinencia obligatorias para todo fiel cristiano que además implica el silencio. Se puede meditar en torno a los capítulos 18 y 19 del Evangelio de San Juan.
César Monroy López
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