Vivir Jueves Santo en tiempos de pandemia
La Semana Santa involucra toda la
semana, sin embargo, le es característico su culmen que es el Triduo Pascual
cuyo inicio está marcado por la Santa Misa conocida como “de la Cena del Señor”.
La característica fundamental de este día es la Institución de la Eucaristía y
la Reserva Solemne del Santísimo Sacramento.
La Liturgia revisada por San Pio
X en 1913 conserva más íntegramente el sentido propio y por ello en su
estructura es como vislumbramos lo que implica este día para el orbe católico.
La Misa transcurre normal salvo con algunas excepciones tales como es el canto del
Gloria acompañado del repique de campanas cuyo simbolismo festivo manifiesta a
los fieles la centralidad de la Cena Pascual que coincide siempre con la fiesta
del Pesaj del calendario judío que comienza con el ocaso del 14 del Nisán que
este año coincide con el miércoles 8 de abril. La primera noche de Pesaj el 15 de
Nisán; por lo que antes de la fiesta de Pascua tiene lugar la Cena del Señor
siendo fieles a lo que dice la Biblia al respecto (Cfr. Jn 13).
Posterior a la Liturgia se tiene
la Reserva del Santísimo Sacramento dentro de un Cáliz que se deposita en el
Monumento, para en seguida tener el momento de Lavatorio de los pies. Tal cual
podemos ver como la misma Liturgia rememora lo que dice la Biblia, porque el
único que comulga después del lavatorio de los pies es el traidor. De suerte
que por esa razón el Lavatorio de los pies, en la Misa antigua, es posterior a
la Santa Misa.
Y así se adentra el fiel cristiano en la noche de la traición y en el coloquio del Mandamiento del Amor, la promesa del Espíritu Santo y la Oración en el Huerto. Es decir, en la Liturgia vemos cuatro capítulos del Evangelio de San Juan desde el 13 hasta el 17.
La Liturgia actual sí integra el lavatorio de los pies a la Santa Misa para incluir los textos de los Sinópticos y así podamos contemplar los cuatro Evangelios durante la Santa Misa. En la Liturgia de Pablo VI ya no se reserva el Cáliz con una sola Hostia en el Monumento, sino un copón con Hostias consagradas para el día siguiente. Y así el momento de velar y tener la Oración en el Huerto como consecuencia de la Santa Misa.
En tiempos de cuarentena en los
que no podemos salir de casa, es muy importante que los fieles católicos podamos no
solo seguir la transmisión en vivo por Internet de los Oficios, sino estar bien
dispuestos a vivir la Liturgia bajo este contexto. Por esa razón, y como
sugerencia, sería muy bueno leer esos cuatro capítulos del Evangelio de San
Juan para prepararse para la Misa y ver cómo todos esos elementos descritos por
el Cuarto Evangelio se van desarrollando a lo largo de la Liturgia.
Y así, aunque sea a través de una pantalla, todo fiel católico se pueda unir espiritualmente a tan central acontecimiento. Incluso es saludable que aun acabada la emisión de la Santa Misa De la Cena del Señor se permanezca en vela de oración por unas horas más. Y no encender las luces de la casa, precisamente por el simbolismo tan importante que tiene la obscuridad en este día.
César Monroy López
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